Nicoletta Tomas Caravia |
Hubo una época, no muy lejana, cuando el amor tenía
una sola razón, la de tu presencia, nada
era más hermoso que inaugurar el día, recostada en tu espalda, anidando el alma
en tu abrazo.
Hoy no estas y sin embargo las cartas que me
escribías, tu visión de la ternura, tu manera tan simple de regalarme esas
caminatas invernales por la orilla del mar, cuando tu tibieza me envolvía entre
ráfagas de viento y el aliento salitre de las olas que me llenaban la vida. (Ah! cuánto me diste amor
mío!)
Y en ese precipicio de fuego y de hielo, donde la
imaginación ornea la masa que leuda lentamente la realidad y la fantasía, debo
confesar, y en esta confesión me desangro, que a veces escribo y no sé a quién
le escribo.
¿Son acaso mis letras un conjunto delirante de
sentimientos dedicados a un fantasma?
¿Existes, o solo fuiste un ensueño?
Tal vez nunca tenga una respuesta… tal vez sea una búsqueda infinita… como
buscar mi reflejo del otro lado del espejo.
De todas maneras, sea cual fuera el designio que me
empuja a escribirte, casi deja de ser irrelevante, no necesito encontrar una
respuesta o saber dónde está el eslabón que me une a tu alma.
Necesito pensarte… necesito sacar todo lo que dejas
en mi corazón…
Si al final de este camino de signos y de
sentimientos… tampoco sé,(¿?) si… existo.
©2011-2013 Beatriz Sanchez Yudiz
Amigos durante este tiempo que
compartimos visitas y comentarios… hemos crecido intercambiando los mejores
deseos, les agradezco el cariño y la compañía, espero seguir contando con sus
palabras y su amistad.
Hasta prontito y que el vuelo
infinito de la inspiración nos rodee y nos eleve hacia ese mundo maravilloso de
la poesía.
GRACIAS por estar! los abrazo
desde el corazón. B.S.Y